Vamos a iniciar una nueva etapa ya que en este viaje empieza el proyecto Marakissa, es el primer proyecto que Alimentacción liderara en Gambia conjuntamente con la EWTA, oficina de patentes holandesas.
Marrakissa es una comunidad situada cerca de Brikama, pero a muchos kilómetros de Berefet, donde hemos desarrollado proyectos durante los últimos 5 años. Esto significa un cambio importante, gente nueva y costumbres diferentes.
En este pueblo vive la familia de Samuel Demba, nuestro técnico en agricultura. El fue quien hizo dirigir nuestros ojos hacia este pueblo, Marakissa tiene un alto nivel de pobreza y muy pocos recursos locales.
Este proyecto de apicultura es su propuesta más preciada, aunque hay algo más en lo que destacan.
Por primera vez, las mujeres también formarán parte de esta aventura. Pocas veces en Gambia la mujer se dedica a la apicultura así que, Fatou, Hawa, Fiona y Fatou, serán agentes de cambio en este difícil continente que es África, no hay nada peor que ser pobre y mujer.
Formarán dos grupos de 5 individuos cada uno, el primero empieza a principios de noviembre y el segundo a finales, cada 2 meses harán una estancia de 3 días en Kumo Kunda.
El día 2 de noviembre acompañé a este grupo: Hawa Sebally, Fatou Sonko, Fatou Somadis, Oussman Jalow, Wuyeh Sambou, Fatou Badjie y Dembo Sambou a Kumo Kunda.
Este maravilloso Camp es la base de operaciones de la ong BeeCause, allí nos esperaban Dan Socca, Brian Bartley y Jibbe Bah, directora regional.
El Sr. Kebbi Tore, el coordinador y en mi opinión el mejor experto en apicultura de Gambia, con el que ya había trabajado en otros proyectos de apicultura, así como los profesores Binta Jalow, Dudu Ndue y los colaboradores Awa Jai y Fatou Jwi, los cuales nos atendieron y ofrecieron la hospitalidad por la que estas personas se caracterizan.
Nos indicaron nuestras cabañas, las chicas con las profes y los chicos en la suya, no se muy bien porque a mi me toco compartirla con Kebbi el coordinador, con el que me unieron experiencias impensables. Recuerdo que el cielo se veía a través del entramado de paja y este amenazaba lluvia.
Durante 3 días nos fuimos conociendo, aprendiendo los entresijos de la apicultura, paseando por la selva en los ratos libres y disfrutando de la comida que tan maravillosamente preparaba Kaddie.
La lluvia también llegó, dejando el campamento anegado, los colchones, la ropa, los zapatos, por suerte salía el sol durante el día y lo secaba todo.
Así recuerdo estos días en Kumo Kunda, el curso se inicia a las 8 de la mañana, para disfrutar de un desayuno de trabajo (con los restos del arroz del día anterior).
A las 2 paramos a comer, una completa y deliciosa combinación de arroz y algo de salsa.
A las 5 de la tarde, para disfrutar de la puesta del sol con un attaya ( té muy dulce). Nos deja tiempo para lavarnos con un poco de agua del cazo, cambiar la ropa sucia y reuniros al lado del fuego donde prepararemos mas té y compartimos los restos de la comida.
Este es el momento mágico para contar y compartir las historias vividas que más nos han afectado. Estas confidencias crean un entramado de emociones, que nos atrapan y nos hacen sentir parte de la familia, esto me sucedió con Binta.
El día que nos separamos sentía como si me arrancaran parte del corazón y tuve que volver una semana después para abrazarla una vez más antes de partir para España.
Una semana después las colmenas de Marakissa ya estaban colonizadas!
A partir de este post iremos añadiendo periódicamente historias que tuvieron lugar durante las 2 semanas que duró el viaje y vaya si hubo incidentes!!
Continuará 🙂
Artículo escrito por Conchita Pou Soler
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